«Para comprender, me destruí.»
Fernando Pessoa
Poeta excepcional y lúcido comentarista de la literatura y el arte contemporáneos, Fernando Pessoa (1888-1935) no ocultó su interés por el relato policiaco, cuya lectura consideraba «una de las pocas diversiones intelectuales que aún le queda a lo que aún queda de intelectual en la humanidad». El banquero anarquista y otros cuentos de raciocinio reúne una interesante muestra de una original creación que enlaza con el género del relato de misterio y que pronto deja paso a una voz muy particular, al inconfundible estilo del propio Pessoa. El cuento que da título al volumen constituye un inestimable juego de deducción lógico-silogística, mientras que Una cena muy original -escrito en inglés y firmado con el significativo nombre de Alexander Search, uno de los más antiguos heterónimos del autor- y los restantes cuentos breves -algunos de ellos proyectos nunca finalizados- muestran el talento narrativo y la pasión por el raciocinio del gran poeta portugués.
«La única actitud digna de un hombre superior es el persistir tenaz en una actividad que se reconoce inútil, el hábito de una disciplina que se sabe estéril, y el uso fijo de normas de pensamiento filosófico y metafísico cuya importancia se siente como nula.»
Fernando Pessoa
Fernando Pessoa (Lisboa, 1888-1935) fue un poeta y escritor portugués, uno de los más brillantes e importantes de la literatura mundial y, en particular, de la lengua portuguesa.
Aunque su vida y su obra están íntimamente ligadas a la ciudad de Lisboa, vivió parte de su juventud en Sudáfrica, donde recibió una educación británica que le permitió ganarse la vida como traductor. Por la noche, una vez abandonada la oficina comercial en la que transcurrían sus días, escribía poesía encarnando diversos autores ficticios, heterónimos con diferentes estilos, modos y voces, un desdoblamiento literario de su personalidad que convirtió a Pessoa en un autor enigmático. A diferencia de los pseudónimos, sus heterónimos son personalidades poéticas completas: identidades falsas que de algún modo se vuelven verdaderas a través de una manifestación artística propia y diversa del autor original. Entre ellos destacan Alberto Caeiro, Álvaro de Campos y Ricardo Reis. Con alguno de estos nombres llegaba incluso a escribir y publicar críticas de obras que había escrito bajo otros nombres. Un cuarto heterónimo de gran importancia en la obra de Pessoa es Bernardo Soares, autor del Libro del desasosiego, su principal contribución en prosa a la literatura universal.
Pessoa murió por problemas hepáticos a los 47 años, en la misma ciudad en que naciera, dejando una descomunal obra inédita que todavía suscita análisis y controversias.
El Libro del desasosiego, que presentamos traducido íntegramente por vez primera en lengua castellana, nació en 1913 y Pessoa trabajó en él durante toda su vida. Ésta es una obra inacabada e inacabable: un universo entero en expansión cuya pluralidad—literaria y vital—es infinita. Bernardo Soares, ayudante de tenedor de libros de contabilidad en la ciudad de Lisboa, autor ficticio de este libro, es, según Pessoa, «un semi-heterónimo, porque, no siendo mía la personalidad, es, no diferente de la mía, sino una simple mutilación de ella». Prosador que poetiza, soñador que razona y místico descreído, éste es el más pessoano de todos los heterónimos, y la riqueza inagotable de sus páginas—representación de todo un mundo—contiene el genio de Pessoa en toda su extensión.